¿Qué quieres ser de mayor?

Una pregunta que resuena en nuestros oídos desde la infancia y que marca el inicio de una travesía crucial sobre el futuro.

Una pregunta que, a pesar de su aparente simplicidad, origina para muchos jóvenes que aún no tienen definida su ruta profesional, una odisea personal en la búsqueda de respuesta.

Es en este complejo entramado de elecciones y autoconocimiento personal donde la sociedad moderna desempeña un papel crucial que, de manera instintiva, impulsa hacia profesiones más tecnológicas y deja en el olvido profesiones y/o oficios tradicionales que a pesar del paso de los años siguen siendo vitales y fundamentales en la era moderna, y que además, ofrecen todo un mundo lleno de oportunidades laborales.

Todo un mundo paralelo de posibilidades que rara vez se explora en esta era digital

No obstante, y a pesar de que las carreras tecnológicas ocupan el escalafón de elección de futuro para muchos jóvenes (más por imposición y no tanto por decisión propia) parece que la elección por profesiones y oficios de toda la vida están experimentando un renacimiento por parte de estos jóvenes.

Jóvenes que encuentran su vocación en estos oficios, y que coinciden en que han llegado a ellos por casualidad después de dar muchas vueltas.

Jóvenes que descubren valor en oficios tradicionales

Los oficios están demostrando ser una elección valiosa y prometedora para aquellos jóvenes que desean seguir caminos menos convencionales que las carreras universitarias.

La formación en oficios, a diferencia de las rutas académicas más convencionales, proporciona una formación más técnica, práctica y directa.  Este enfoque formativo se centra en adquirir las habilidades y los conocimientos específicos del campo elegido, posicionándose como la mejor alternativa para aquellos que buscan no solo adentrase en el mercado laboral de manera más rápida y efectiva, si no, para aquellos que deseen adquirir habilidades profesionales con una alta demanda.

Carolina Rodríguez, electricista

Emigro desde Venezuela. Allí era ingeniera química. Cuenta que se encontró con qué no podía convalidar sus estudios y tenía que encontrar trabajo.

"Eché por un oficio práctico que no necesitara mucha formación previa", explica. Se zambulló en la oferta de cursos y le llamó la atención el certificado de profesionalidad de montaje y mantenimiento de instalaciones eléctricas de baja tensión. “Pensé que éste es un trabajo que se necesita siempre y puedes trabajar tanto como autónomo como por cuenta ajena”, indica. Además, le parecía un reto añadido que fuera un sector tan masculinizado y creyó que era una buena opción porque fácilmente sales del curso con un puesto de trabajo asegurado"

Mar Zafón, soldadora

Después de haber dejado la ESO con 16 años, y tras varios trabajos, oyó hablar de una acreditación profesional de soldadura de una duración de seis meses con parte de prácticas.

“Ahora no puedo estar más contenta. Hay oficios de toda la vida que no tenemos en cuenta y que son guapísimos”, dice. Además, destaca que las condiciones del convenio del metal de la provincia de Barcelona (con un sueldo base de unos 24.900 euros brutos anuales en la categoría más baja) se respetan, puede realizar horas extra remuneradas y cobra “suficientemente bien”

Joel Arjona, instalador de energías renovables

A punto de inscribirse en un curso para herradores de caballos, que ya había hecho un amigo suyo, y tras haber cursado un ciclo de deportes, Joel encontró por casualidad una formación como instalador de energías renovables. Tras acabar la formación y realizar sus prácticas en una empresa, sigue trabajando en el sector.  “Cada día es diferente porque vamos de casa a casa haciendo instalaciones de placas solares o aires acondicionados. He tenido que aprenderlo todo desde cero. Entré en este oficio sabiendo que era una profesión con mucha demanda de nuevos trabajadores y ahora lo confirma. Lamenta, sin embargo, que en el instituto nunca le habían hablado de esta salida laboral y que sólo llegó por casualidad después de dar muchas vueltas”

Estos testimonios de jóvenes que eligen el camino de los oficios confirman que existe un problema de concienciación en la sociedad. La arraigada percepción que favorece las rutas académicas convencionales y les resta importancia a ciertos oficios tradicionales sigue actuando como una barrera significativa que impide que muchos jóvenes consideren la formación en estos oficios como camino hacia el futuro.

Es primordial transmitir que estos oficios son profesiones creativas, que cada vez más requieren también la formación en nuevas tecnologías, que son profesiones imprescindibles en esta nueva era moderna, y que ofrecen todo un mundo de oportunidades laborales.

"Los testimonios presentados en este artículo han sido extraídos de un artículo previamente publicado [Diari ARA| Noticias y actualidad en el diario líder en catalán] https://es.ara.cat/misc/jovenes-han-redescubierto-oficios-sabia-existia-trabajo_1_4854532.html