Para qué se apuntan mis alumnos al CTE
¿Para qué se apuntan mis alumnos al CTE?
En todos los cursos es igual. Aparezco en clase el primer día con mis bártulos de profesor dando los buenos días o las buenas tardes y miro a mi alrededor para ver las caras de mis nuevos alumnos. Se hace silencio y doy la bienvenida al Centro. Me siento observado y siento que mis gestos y mis palabras son atendidos como si fueran lo más importante que recibirán en el curso.
Para conseguir bajar el nivel de tensión tengo siempre un truco: Pregunto en voz alta y con tono teatral “Pero… ¿Qué hacen ustedes aquí?“… A estas horas, después de una dura jornada laboral o un día que normalmente se toma libre porque empieza el fin de semana. ¿Hasta las diez de la noche?... ¿Merece la pena? ¿Estáis seguros?
Arranco las primeras sonrisas o los primeros gestos de resignación.
Llevo más de nueve años haciendo este trabajo y siempre me pregunto por las motivaciones de tanto esfuerzo. Miro sus caras y acierto a ver en cada uno una motivación. Al final del curso siempre me burlo de ellos diciendo: El primer día erais unos pardillos asustados que habíais recibido un montón de información que supuestamente debíais memorizar y que pensabais en el error que habíais cometido apuntándoos a esta Escuela. Cuando el curso acaba y un examen oficial aprobado certifica que el curso se ha aprovechado os miro y veo a otras personas. No solo obtenéis conocimientos o habilidades. No solo os lleváis un título que os habilita para ciertos trabajos. Os lleváis cosas de mucho más valor: Seguridad en vosotros mismos, un grupo humano que estará con vosotros en el futuro, unos compañeros que con suerte podrán ser buenos colegas y un deseo más importante: Querer ser mejor profesional. Querer ser mejor.
Quizás sea el asistir a ese cambio, ser testigo de excepción de este cambio, es una de las grandes motivaciones de este oficio. Enseñar te permite ser útil.
Hay otras motivaciones para mi oficio que ahora no vienen al caso.
Lo que realmente me preocupa son las motivaciones de mis alumnos. ¿Por qué dedicarle tanto esfuerzo a una formación que en ocasiones es compleja y aparentemente poco práctica?
Este primer día de clase, para aclarar las cosas, y para trazar el camino después de las primeras bromas y los primeros comentarios de los más atrevidos, espero en silencio y digo con una pausa efectista: Aquí tenemos cuatro objetivos que espero que coincidan con los vuestros, guardo silencio, les miro y requiero su atención:
- Obtener el título que te habilita para poder firmar (responsabilizarte de ) las instalaciones que ejecutes
- Aprender los principios físicos y técnicos que gobiernan las instalaciones (cómo funciona un quemador, que es la cavitación de una bomba, que es un golpe de ariete, que es un equilibrado hidráulico, que es un recuperador entálpico…etc)
- Aprender normativa. Compleja, cambiante, en ocasiones incongruente pero siempre imprescindible
- Y el más importante, pasarlo bien. Disfrutar mientras se aprende. Disfrutar de la estupenda sensación de que ahora se entiende algo que llevaba tiempo rondándonos por la cabeza sin respuesta. Entrar a formar parte de un grupo de profesionales con similares inquietudes que las nuestras que pueden ser compañeros futuros.
Yo lo cuento a menudo porque creo que simboliza algo. En mis clases he llorado de risa y he aprendido casi tanto de mis alumnos de lo que yo he podido enseñar.
Supongo que esto responde un poco al porqué mis alumnos se apuntan al Centro Técnico Europeo.
Autor: |
Oscar Gacho Ingeniero Industrial Profesor en CTEEP |